El verdadero Reino de Dios jamás se dará en la materia, sino solo en el espíritu. Por eso, el "Reino de Dios de los mil años" no llegará de modo visible exteriormente, sino en forma muy silenciosa, sin ninguna pompa, y en los corazones de los hombres que son de buena voluntad.
Tampoco preguntéis: ¿cuándo y cómo? — Porque la llegada del "Reino de Dios de los mil años" siempre ha sido lo mismo, y consiste en el completo renacimiento del espíritu humano.
El "dragón atado" son los deseos domesticados de la carne. - Y la breve, única y "última liberación" del mismo (apocalipsis 20:3) significa el final de la vida en la carne, que para algunos espíritus es similar a lo que sucede, cuando alguien abandona una casa en la que habitó durante mucho tiempo.
Ahora pues tienes en abundancia y en tus manos el material para un Reino General de Dios en la Tierra en los corazones de los hombres. ¡Haz que este material esté pronto al alcance de las manos de muchas personas, y verás en él, el verdadero "Reino de Dios de los mil años en la Tierra"! Amén.
Fuente: Dádivas del Cielo, tomo 2, recibido el 27 de diciembre de 1850 por Jakob Lorber